domingo, 11 de abril de 2010

Bioética pag 1

02 Dic 2009

El criterio del aterrizaje forzoso y el aborto

Escrito por: Juan Masiá Clavel [blogger] el 02 Dic 2009 - URL Permanente

No es lo mismo responder preguntas del alumnado en clase de moral que escuchar en el consultorio a quien solicita ayuda.

Cuando una persona dice que está angustiada y dudando, como en una encrucijada, si optar por el camino del norte o por el del sur, por el de la derecha o por el de la izquierda, no le ayuda que nos precipitemos a resolverle el problema imponiéndole una solución: “tire por el del norte” o “el bueno es el de la derecha”. Es elemental para la terapia explorar lo que hay tras de las palabras de quien expresa indecisión y perplejidad. ¿De veras está indecisa esa persona o, en el fondo, ha tomado ya una decisión?

Es posible que, en el fondo, haya dado ya el paso de optar por uno de los dos caminos, pero lo expresa en forma de duda, esperando que la apoyen o que la acompañen en su decisión. Si ha optado ya por el del norte, no le ayudará que le digamos “tire por el sur”. Pero si está solicitando apoyo para confirmar su decisión por el sur, la frutrará o decepcionará quien, deseando ser comprensivo, le ponga demasiado fácil el camino del norte.

Para acompañar a esa persona en su discernimiento necesitamos saber si ha pasado o no el “punto de no retorno”, por decirlo con una comparación aeronáutica. Despegó un avión de Madrid rumbo a Barcelona. Durante el vuelo se produce una situación de emergencia que aconseja aterrizar cuanto antes. ¿Qué decidirá el piloto? ¿Regresara al aeropuerto de partida, tratará de acelerar la llegada a destino, o intentará un aterrizaje forzoso a mitad de camino?

Si ha pasado ya el llamado “punto de no retorno” (“no return point”), no regresará a Barajas, pero si aún está lejos de Barcelona, quizás tendrá que optar por un aterrizaje forzoso en el aeropuerto más cercano.

Apliquémoslo a la siguiente escena en el consultorio. Dos muchachas, Teruko y Michiko (nombres nipones ficticios) expresan la misma incertidumbre. Por una parte, dicen, no quisieran abortar; por otra parte, se ven empujadas a hacerlo, en circunstancias extremas. Ambas dicen lo mismo, que están indecisas, mitad y mitad, entre el sí y el no.

A Teruko le dijo un confesor permisivo que “en su circunstancia se justificaba la excepción”. Teruko se quedo frustrada, porque no había pasado el “punto de no retorno”; en el fondo, aunque decía estar indecisa, esperaba y deseaba una ayuda para llevar a término su embarazo.

A Michiko le dijo un confesor riguroso que “de ninguna manera se justificaba su decisión, que sería criminal”. Pero Michiko había pasado ya el “punto de no retorno” y esas palabras no sirvieron para impedir la decisión que, en el fondo ya había tomado. No le ayudaron, sino solo sirvieron para angustiarla más, con peligro de hacer patológica la culpabilidad.

El confesor permisivo se precipitó a empujar al aterrizaje forzoso a quien podía llegar a destino con alguna ayuda. El confesor riguroso no evitó el accidente y, además, no hizo nada por facilitar que el aterrizaje forzoso no fuese fatal, ni por evitar otros males consiguientes.

Si uno y otro hubiesen seguido los consejos para confesores que daba el patrono de los moralistas, san Alfonso María de Ligorio, se habrían evitado ambos fallos. Hoy día, cuando tanto abunda el rigorismo moralizante excomulgador, por un lado, y la permisividad laxista por otro, convendría recordar la sabiduría pastoral de san Alfonso, tan bien aprovechada por el padre de la renovación de la teología moral en el siglo XX, el P. B.Häring (Libertad y fidelidad en Cristo, Herder, Barcelona, 1981).

A diferencia de la clase magisterial abstracta, la pastoral concreta consiste en acompañar a las personas en su toma de decisión. Se las ayuda a que tomen por sí mismas la decisión. Pero cuando han pasado el punto de no retorno, se las sigue acompañando de otra manera (no se las deja tiradas), aunque la decisión que hayan tomado no sea la que nos parece deseable. Se sigue acompañando antes, en y después a las personas que se autodeterminan autónomamente (como atinadamente explicaba Teresa Forcades), ayudadas por quienes acompañan el discernimiento. Imponer condenando o permitir facilitando son dos posturas que coinciden en no tratar a las personas como adultas, ni respetar su autonomía.

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26 Nov 2009

EL CRITERIO MORAL DEL CORTAFUEGOS Y EL ABORTO

Escrito por: Juan Masiá Clavel [blogger] el 26 Nov 2009 - URL Permanente

Al señor D. José Bono, desde la teología moral, con gratitud.

A los parlamentarios católicos, desde la teología moral, con ánimo.

Por contraste con la histeria poco evangélica de los “mitrados de la crispación”, el artículo del señor Bono (“El aborto: ni derecho, ni obligación”, El País 25-XI-09) es un ejemplo de serenidad y ecuanimidad, a la vez ética y religiosa, en el debate sobre la seguridad jurídica de la interrupción del embarazo. Su postura conjuga la conciencia de una persona con convicciones religiosas (conciencia interpelada por una ética de máximos) y un demócrata respetuoso de las exigencias de una ética de mínimos a la hora de legislar para una sociedad plural.

Agradeciendo al señor Bono sus aclaraciones tan pertinentes, he querido prologar con este comentario el post que tenía preparado para hoy sobre el criterio ético que podemos llamar del cortafuegos (que a veces se llama del “mal menor”, pero sería mejor llamar del “bien mayor”).

Se produjo un incendio en el monte. Acuden de los pueblos cercanos varios retenes de bomberos, agentes de protección civil y personal voluntario. Concentran todas las fuerzas en apagar las llamas en la cercanía de los caseríos que hay al este y al oeste de la falda del monte según se baja hacia los pueblos del llano. Pero constatan consternados su impotencia para impedir el avance del fuego. Tardan en llegar los helicópteros, impedidos por un temporal adverso. No va a ser posible salvar los caseríos del este. Además, si siguen trabajando para salvar esa zona, es inminente el peligro de que perezcan juntos víctimas y auxiliadores.

Pero, si cambia el viento imprevisible, no se podrán evacuar los caseríos del oeste. La situación es crítica y no se puede esperar a que lleguen más recursos eficaces. El responsable de la operación da una orden de urgencia: ”Retiren todos los efectivos y concéntrenlos en hacer un cortafuegos que, además, impida la extensión del fuego cuando cambie el viento.

Gritos de horror desde los caseríos del este, que se ven irremisiblemente perdidos. Desaliento y frustración de los efectivos que arriesgaban su vida impotentemente para salvarlos. Tensión entre los subalternos, que asesoraban al jefe. Tomó la decisión urgente en plena crisis. Estaba claro que no podía, con los efectivos a su disposición, salvar los caseríos del este. Insistir en ese esfuerzo inútil pondría en peligro al resto. Decide salvar lo que está en su mano salvar. Por eso optó por el cortafuegos.

Hasta aquí el ejemplo concreto. Puesto en el lenguaje abstracto de los manuales de moral, reza así: Cuando no puedes impedir dos males o hacer dos bienes (deseables ambos) con los recursos a tu disposición, eN vez de gastar estos recursos en evitar el mal que no puedes impedir o en hacer el bien que no vas a lograr, concentra esos recursos en evitar el mal que está en tu mano impedir o el bien que puedes asegurar.

Aplicado a un caso: Cuando aquella muchacha, que dudaba si dar a luz o abortar, venía a consultar con la terapeuta, ésta la acompañaba en su proceso de decisión. Al principio parecía que la muchacha estaba dividida en su interior y oscilaba entre dos decisiones: llevar a término la gestación o interrumpir el embarazo. En un momento dado, la terapeuta comprendió que la muchacha había dado el paso de decidir abortar y que los esfuerzos de su ayuda o consejo no iban a impedir ese aborto. Concentrarse en impedirlo solo lograría aumentar la culpabilidad, provocando otros males, además del aborto. Optó entonces por acompañar a la persona tras la toma de decisión como la había acompañado hasta entonces. Le recomendó que fuese a la clínica acompañada por una de sus amigas también la había ayudado durante las semanas anteriores.

Estas amigas, que eran personas de convicciones religiosas, dudaron perplejas. Habían oído decir por televisión a un obispo histérico ( candidato a suspenso en teología moral) que hacerse cómplice de un aborto conllevaba excomunión. Lo consultaron con su párroco, un cura sensato, con sentido común y práctica pastoral que, además, seguía estudiando, como hacen los buenos médicos, para ayudar a las personas. E

Este les dijo: No tenéis que preocuparos. Id con ella a la clínica y ayudadla después, para que no se deprima. Lo mismo que la acompañásteis antes de la decisión, acompañadla después. Concentráos en impedir otros males que está en vuestra mano impedir. Cuando yo estudiaba en Comillas, mi profesor de moral le llamaba a esto el principio del cortafuegos. Es lo que se hace también en las pandemias. Si no dan abasto los recursos para curarla en una zona, al menos se impide que se extienda a otras zonas.

(Nota: ejemplillos inspirados en la tradición moral de Vitoria y Ligorio).

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11 Nov 2009

UN VIAJE “ABORTADO” O EL ABORTO COMO VIAJE

Escrito por: Juan Masiá Clavel [blogger] el 11 Nov 2009 - URL Permanente

(Foto, con copyright de H. Katayanagi, del bodisatva Jizô, a quien se ora, en el ritual post-aborto, encomendándole la llamada en japonés "vida líquida", es decir, la vida de las criaturas que no llegaron a nacer, porque su vida se perdió a mitad de camino hacia el nacimiento por diversas circunstancias)

ALEGORÍA:

A Luis y Enriqueta les sonrió la suerte. Les tocó en la tómbola, como premio, un vale canjeable por el valor de quinientos euros, con dos opciones: canjearlo por el pago de compras por ese valor en el Corte inglés o por la rebaja de ese precio en un billete de vuelo internacional de Iberia. Eligieron el viaje y sacaron el billete; pero, a punto de partir, Enriqueta enfermó y decidieron cancelarlo. Fueron a la taquilla para cancelar el billete, pero era demasiado tarde. Entre las condiciones de esa clase de billetes, una cláusula decía: solamente se admitirán cancelaciones hasta una semana antes de la fecha de partida. Para que no se desperdiciara el billete, decidieron ofrecérselo a sus primos, Jesús y Matilde, que aceptaron encantados el regalo, prometiendo traerles en compensación un buen recuerdo al regreso de México.

Hasta aquí la historia. Si fuera parábola concluiríamos diciendo: Quien tenga oídos para entender, que entienda. Pero como no es parábola, sino alegoría (dos cosas muy diferentes, como explica el filósofo Paul Ricoeur en La simbólica del mal), hay que explicar los códigos de lectura.

Luis y Enriqueta se plantearon sucesivamente tres clases de preguntas:

1. ¿Qué queremos hacer con las posibilidades que nos ofrece este vale, queremos hacer compras en el Corte inglés o viajar a México? ¿Con qué finalidad lo vamos a usar?

2. Si no hay más remedio que renunciar al viaje planeado, ¿qué vamos a hacer para cancelarlo? ¿Dónde hay que ir y qué hay que hacer para cancelarlo?

3. ¿Qué hacer si se ha pasado el plazo y no podemos cancelar el billete?, ¿Qué vamos a hacer, tirar el billete? ¿No hay otras alternativas? Por ejemplo, ¿querríamos ofrecéreselo a unos amigos? ¿querrían ellos aceptarlo?

He usado esta interpretación de la alegoría como recurso pedagógico para tratar, en una clase de ética con un alumnado quinceañero, los tres temas siguientes:

A) ¿Cómo quiere una pareja, en el marco de su relación, ejercitar la intimidad sexual?¿Con finalidad reproductiva o sin finalidad reproductiva? Si es con finalidad reproductiva, ¿están en condiciones de responsabilizarse para acoger la nueva vida naciente? Si no es con finalidad reproductiva, ¿cómo ejercitar la intimidad sexual de tal modo que, al desarrollar sus funciones (1.comunicativas, 2.afectivas, 3.lúdicas y 4. relajantes) se fomente el cultivo de la relación y el crecimiento de ambas partes, dentro del respeto mutuo al reconocimiento de la dignidad y libertad de la pareja?

B) Cuando, a pesar de no haber un proyecto procreador, se ha producido un proceso de embarazo imprevisto o, por diversas razones serias, no deseable y se plantea la interrupción inevitable de ese proceso, ¿qué límites de plazos hay que tener en cuenta –biológica, jurídica y éticamente-? ¿Qué diferencia hay entre “interrumpir un proceso emergente de constitución de una nueva realidad antes de que sea demasiado tarde” y “suprimir el resultado de ese proceso cuando ya se ha constituído esa nueva realidad ?

C) Cuando, lamentable pero inevitablemente, situaciones conflictivas obligan a la pareja a plantearse desde su autodeterminación una decisión abortiva (que ni ellos mismos reconocen subjetivamente como deseable, ni objetivamente se puede considerar como éticamente permisible), ¿qué ayudas de terceras personas se deberían aportar por parte de la sociedad para acompañarles (no con complicidad, pero sí con apoyo) en esa situación difícil, antes y después de la decisión? (Por ejemplo, consejo médico, consejo psicológico, recursos de asistencia social, apoyos familiares y de amistad, oportunidades de adopción en el caso de optar por llevar a término la gestación, terapéutica psicológica en aquellos casos en que haya secuelas post-traumáticas, ayuda espiritual en aquellos casos en que se requiera sanar culpabilidades o asumir duelos, etc.).

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07 Nov 2009

Aborto y píldora en Japón

Escrito por: Juan Masiá Clavel [blogger] el 07 Nov 2009 - URL Permanente
En 1955, Japón era el paraíso del aborto,con más de millón y medio de interrupciones voluntarias del embarazo anuales. Pero hasta 1999 el Ministerio de Salud no aprobó la píldora anticonceptiva.

Ayako Matsumoto, en su libro ¿Por qué no se fomenta la píldora? desenmascara intereses económicos inconfesables: lo lucrativo del aborto influía en las presiones para no favorecer la píldora.
Hoy, cuando la píldora está admitida y los abortos han disminuído, se siguen denunciando intereses ocultos tras la práctica rutinaria de diagnósticos prenatales vinculados al aborto de fetos con discapacidades.
Visto desde España, donde los debates sobre aborto se polarizan en torno a la protección y el comienzo de la vida humana, es interesante que eticistas japoneses (aun sin determinada pertenencia confesional) cuestionen la problemática de intereses económicos latente en las políticas de control de natalidad.
Japón legalizó el aborto en 1949, pero hasta 1999 no dio luz verde a la píldora anticonceptiva. Actualmente las estadísticas oficiales hablan de trescientos mil abortos anuales. En 2007, 256.000 abortos, es decir, el 9,3 por mil en mujeres de edades entre los 15 y 49 años. Desde que en 1960 se intentó introducir la píldora, hubo resistencia disimulada bajo el pretexto de efectos secundarios. Tres décadas después proseguía el debate y se aducía como excusa la prevención del Sida. El preservativo era y sigue siendo, junto con el aborto, el recurso principal de control de natalidad en Japón.
En 1998, sin necesidad de debate y con celeridad, se da el visto bueno a la comercialización de Viagra para subsanar las disfunciones de erección masculinas. La reacción indignada por parte de grupos feministas no se hizo esperar. ¿Cómo aceptar que bastasen unos meses para aprobarse este medicamento para los varones, mientras tres décadas de debate no habían sido suficientes para aceptar la píldora anticonceptiva? ¿No estábamos ante una hipocresía más en la cuenta del machismo cultural? Al año siguiente se da por fin la bienvenida a la píldora. Hoy la de dosis hormonal baja se despacha con receta por un precio de unos tres mil yenes mensuales, sin ir incluida en el seguro de enfermedad y con gastos adicionales de pruebas y revisiones clínicas.
En Japón, la ley eugenésica de 1948 duró hasta el 96. En el anuncio de una clínica ginecológica, la frase «con licencia de la ley de protección eugenésica» significaba «aquí se puede abortar legalmente». El artículo primero definía claramente la finalidad de dicha ley: para legalizar el aborto y la esterilización con finalidad eugenésica. Se fue más lejos con esta ley que con la aprobada en 1940, que legisló, a imitación de la normativa nazi, la esterilización obligatoria. Después de la guerra se modificó esta ley, adoptándose la fórmula de «ley de protección eugenésica», que duró hasta el 96. En ese medio siglo se realizaron unas 16.500 esterilizaciones involuntarias. En pacientes de la enfermedad de Hansen (lepra), recluidos en centros asistenciales, fueron frecuentes las esterilizaciones y abortos sin consentimiento.
En 1996 se cambió el nombre por el de «Ley de protección maternal» y se suprimieron párrafos discriminatorios, como el que decía: «Esta ley, desde una perspectiva eugenésica, con el fin de impedir el nacimiento de vidas defectuosas, se propone proteger la vida y salud de las madres». La palabra furou, defectuosa, es la misma utilizada en los controles de calidad de las empresas para designar una mercancía deficiente que debe ser excluida de la venta al público. Fue decisivo el influjo ejercido por grupos de apoyo y asociaciones de familias de personas discapacitadas a la hora de conseguir que se revisara la ley. Desapareció de la ley la palabra yuusei («vida superior o excelente»). También se pidió y consiguió la supresión de la cláusula que permitía la esterilización y el aborto como medio para evitar el nacimiento de «vidas de clase inferior o defectuosa».
Me preguntarán si se relaciona todo esto con los debates sobre el aborto en nuestro país. Pienso que, por contraste, nos da qué pensar sobre las contradicciones e incoherencias que se dan, tanto entre antiabortistas como entre pro-abortistas.
Polarizados en el sí o no, blanco y negro, de la cuestión sobre el comienzo de la vida humana (obsesionados unos con el llamado «primerísimo instante» y exagerados otros al alargar irresponsablemente los plazos), dejan en segundo plano dos temas preocupantes: el condicionamiento de los intereses político-económicos subyacentes al debate y el reto de conjugar el respeto a la dignidad de la mujer con la protección de la vida fetal.
Sería deseable prestar más atención a estos dos temas a la hora de buscar el terreno común en que consensuar la oportunidad de las despenalizaciones.


(Publicado en La Verdad, de Murcia, el 7, nov., 2009)

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20 Oct 2009

IBB: Bios y Ethos conjugados, pero... con “seny”

Escrito por: Juan Masiá Clavel [blogger] el 20 Oct 2009 - URL Permanente

Como ocurre a menudo en Celtiberia, sobre telón de fondo de banderas rojigualdas y bajo pretexto de proteger la vida, hubo despliegue de manifestación de un extremo, mirada con sospecha desde el otro extremo. Mientras desde el ala ultraderecha airea un cardenal el fantasma del nazismo y otro mitrado falta al respeto a la mujer, calificando su decisión como "infanticidio suicida", desde el ala opuesta de izquierda a ultranza se proclama como presunto derecho la supresión de la vida fetal sin condiciones.

Ambas partes regando fuera del tiesto, por decirlo finamente. Menos mal que, en ética como en política, soplan vientos de seny desde el Mediterráneo para contrarrestar la aridez inquisitorial de la meseta y equilibrar la balanza inestable del estado español.

Digo, porque he leído con satisfacción el Informe “Consideraciones sobre el embrión humano”, (Véase el n.57 del vol. 15 del Boletín Bioética y Debate, del Instituto Borja de Bioetica, de la Universidad Ramón Lull).

El estudio se pregunta qué es un embrión humano desde el punto de vista biológico, cuál es el estatuto ético del embrión y en qué casos y en qué condiciones de seguridad jurídica se puede intervenir en el proceso de una vida incipiente.

Sin dejar lugar a ambigüidades o dudas sobre la “postura de una ética de máximos de orientación cristiana –donde se sitúa el Instituto Borja de Bioética-“, el informe es consciente de que “vivimos en una sociedad plural, no en una sociedad de código ético único... no se puede imponer una ética de máximos para todos, sino que se deben buscar unos mínimos éticos compartidos que garanticen la convivencia”.

El estudio merece una lectura reposada y debate plural y sereno. Dejando para posteriores comentarios la prolongación del debate a que invita este estudio, de momento quisiera subrayar aquí algunas de sus afirmaciones dignas de tenerse en cuenta para contrarrestar el bloqueo del debate sobre bios y ethos en las zonas del país más ideologizadas político-religiosamente.

Subrayo los puntos siguientes, dejando para otra ocasión el resto:

1. El inicio de la individualización humana del embrión puede durar algunas semanas.
2. Es discutible denominar embrión a realidades que aún no lo son, como el zigoto humano, la mórula o el blastocisto.
3. La fecundación es un proceso. Es en la implantación cuando se dan las condiciones indispensables para asegurar la posibilidad de crecimiento y desarrollo del embrión.
4. En el primer trimestre del desarrollo del embrión aparecen nuevas estructuras y propiedades emergentes.
5. En todo este proceso hay que considerar la unidad fisiológica materno-fetal que es constitutiva para el nuevo individuo.
6. Para poder considerar al embrión humano como persona se requiere que éste disponga de la información suficiente para darle autonomía biológica e individuación: estructura genética básica de información, condiciones de implantación, morfología mínima e interrelación embrio-materna constitutiva. Mientras no se den estas condiciones, hay vida humana, pero no una persona (también un gameto es vida humana y no es persona).
7. Un aborto en fase prematura es rechazable, pero no es un homicidio.
8. El inicio del carácter personal del embrión humano se sitúa no antes de la implantación completa (día décimocuarto después de la fecundación), ni más allá de la semana décima de desarrollo embrionario, duodécima semana de gestación.
9. Despenalizar no es normalizar, ni despreciar ni rebajar la protección de la nueva vida no nacida.
10. Las relaciones sexuales no reproductivas son aceptables siempre que se deriven de una decisión responsable.

(Continuará)

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16 Oct 2009

Antes y después de abortar: prevención, acompañamiento y sanación

Escrito por: Juan Masiá Clavel [blogger] el 16 Oct 2009 - URL Permanente

La controversia en torno a la legislación sobre el aborto, enrarecida por la manifestación del 17 de octubre, ha polarizado la opinión pública en los dos extremos del sí y el no al proyecto legislativo, equiparando ambigüamente el sí a la despenalización con el no a la vida y el sí a la vida con la oposición al gobierno.

La efervescencia de la disputa ha relegado a la letra pequeña tres aspectos importantes desde la perspectiva de las relaciones de ayuda (tanto en la consulta médica o en el tratamiento psicoterapéutico como en el consejo espiritual o el acompañamiento personal).

Me refiero a los tres aspectos siguientes: la urgencia de la prevención, antes del aborto; la importancia de acompañar a las personas en la toma de decisiones; y la necesidad de ayudar a quienes requieren un proceso de sanación después de haber abortado.

Sobre la prevención hay que insistir en la educación sexual integral, que incluyaobviamente información sobre los recursos anticonceptivos, pero va más allá de ellos hasta el enfoque positivo y equilibrado del ejercicio responsable de la sexualidad no reproductiva con sus aspectos comunicativos, afectivos, saludables y lúdicos.

Sobre el acompañamiento hay que decir: el respeto a la autodeterminación de las personas no conlleva la renuncia a acompañarlas en sus tomas de decisión; pero este acompañamiento no significa decidir en su lugar (ni para prohibir, amenazando con condenaciones, ni para permitir, como quien otorga una licencia). Se acompaña a las personas ayudándoles en su discernimiento y caminando junto con ellas (en la consulta, en las terapias, en el confesionario, etc...). Y se sigue acompañándolas aun cuando su toma de decisión no coincida con la hubiera sido deseable. Se las sigue ayudando también cuando requieren ayuda en un proceso sanador tras la toma de decisión.

Estos tres puntos sobre la ayuda a la prevención, a la toma de decisión autodeterminada a la vez que acompañada, y a la sanación, vistos desde desde la relación de ayuda (médica, psicoterapéutica, espiritual...), me parecen especialmente importantes. Me extraña que se hable menos de ello en exhortaciones a la protección de la vida hechas por instancias presuntamente evangélicas, pero más preocupadas de la oposición al gobierno que de la protección de la mujer.

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29 Sep 2009

Sex selection (SELECCIÓN DEL SEXO)

Escrito por: apoyoajmc el 29 Sep 2009 - URL Permanente

Juan Masia, SJ (Sophia University)

Uno de los lectores de esta columna ha enviado una postal preguntando sobre la selección de sexo. Obviamente, este es un tema que está muy relacionado con el tema principal que he estado tratando con el título de "Seimei no shouhinka".

Hay dos puntos a considerar: en primer lugar, si la selección del sexo en sí mismo es moralmente equivocada, en segundo lugar, si los métodos utilizados son moralmente incorrectas.

En primer lugar, teniendo en cuenta que ambos sexos tienen igual dignidad humana y tienen derecho a recibir un trato igual, debemos rechazar la selección de sexo, al tiempo que deja espacio para algunos casos excepcionales, por ejemplo, por razones terapéuticas. En segundo lugar, con respecto a los métodos que han utilizado, tenemos que rechazar especialmente el aborto como un método de selección de sexo.

Se ha hablado mucho en los medios de comunicación recientemente sobre "diagnóstico de preimplantación genética" como un método de selección de sexo. Los embriones obtenidos por, la fecundación in vitro son examinados para detectar enfermedades genéticas. Cargos en contra de este método han sido planteadas, no sólo desde el punto de vista de la discriminación entre los sexos, sino también desde el punto de vista de la discriminación de las personas con discapacidad genéticamente.

La tecnología denominada "clasificación de esperma" se ha convertido en un método más común de la selección de sexo. Espermatozoide X y Y son ordenados con el fin de obtener un embrión del sexo deseado.

Al principio, esta tecnología fue utilizada por razones terapéuticas. Por ejemplo, la hemofilia es más común en niños que en niñas. Una pareja con un historial médico de esta enfermedad, como puede asegurarse de tener a una chica en lugar de un niño. En ese momento, el "Glover" Informe a la Comisión Europea de Bioética, dijo: "Las clínicas no se debe permitir que ofrecen la selección del sexo de los niños, excepto por motivos médicos" (J. Glover et al., La ética de las Tecnologías de la reproducción Nuevo: El Informe Glover a la Comisión Europea, Northern Illinois University Press, 1989). Pero, por desgracia, este método de selección de sexo también se ha utilizado para no razones médicas, bajo el eufemismo de "encontrar un equilibrio entre niños y niñas en la familia".

Huelga decir que el método más censurables de la selección del sexo del punto de vista de la moral es el aborto. Aunque no se habla tanto de ello, en el aborto de hecho se ha utilizado como un método de selección de sexo.

Creo que aquí tenemos un claro ejemplo de "no Seimei shouhinka", es decir, que trata de la vida como una simple mercancía. Si los padres deciden abortar a un feto por la razón que no es del sexo deseado, la dignidad humana de la vida por nacer se niega y las relaciones más básicas dentro de la familia son destruidos. Pero también, además de eso, el hecho de que el aborto se convierte en una rutina como método de selección de sexo muestra una debilidad fundamental de nuestra cultura, que es cada vez más dispuesta a enfrentarse a la vida como una mercancía.

Aparte de la cuestión general de la moralidad del aborto, creo que es importante considerar el problema de la discriminación. En algunos casos, el deseo de los futuros padres para llevar a cabo el procedimiento de selección de sexo es una expresión de prejuicios de género, sobre todo contra las mujeres.

(NOTA DE LA BLOGGER: Este artículo está traducido con el google de su original en inglés publicado por la revista "Social and Pastoral bulletin" y que tenéis más abajo)

ENGLISH VERSION

Juan Masia, SJ (Sophia University)

One of the readers of this column has sent a postcard asking about sex selection. Obviously, this is a subject which is very much related to the main theme I have been dealing with under the title of "seimei no shouhinka."

There are two points to be considered: first, whether sex selection itself is morally wrong; secondly, whether the methods used are morally wrong.

First of all, taking into account that both sexes have equal human dignity and have the right to receive an equal treatment, we should reject sex selection, while leaving room for some exceptional cases, for instance, therapeutic reasons. Secondly, with regard to the methods been used, we should reject specially abortion as a method of sex selection.

There has been a lot of talk in the mass media recently about "pre-implantation genetic diagnosis" as a method of sex selection. Embryos obtained by, in vitro fertilization, are tested in order to check for genetic diseases. Objections against this method have been raised, not only from the viewpoint of the discrimination between the sexes, but also from the viewpoint of discrimination of genetically disabled persons.

The technology called "sperm sorting" has become a more common method of sex selection. X and Y spermatozoon are sorted in order to obtain an embryo of the desired sex.

At the beginning, this technology was used for therapeutic reasons. For instance, hemophilia is more common in boys than in girls. A couple with a medical record of this illness might like to make sure to have a girl instead of a boy. At that time, the "Glover Report" to the European Commission of Bioethics said: "Clinics should not be permitted to offer sex selection of children, except on medical grounds" (J. Glover et al., Ethics of the New Reproductive Technologies: The Glover Report to the European Commission, Northern Illinois University Press, 1989). But, unfortunately, this method of sex selection is also been used for non medical reasons, under the euphemism of "finding a balance between boys and girls within the family."

It goes without saying that the most objectionable method of sex selection from the viewpoint of morality is abortion. Although there is not so much talk about it, in fact abortion is been used as a method of sex selection.

I think we have here a clear example of "seimei no shouhinka," namely, dealing with life as a mere commodity. If the parents decide to abort a fetus for the reason that it is not of the desired sex, the human dignity of the unborn life is negated and the most basic relationships within the family are destroyed. But also, besides that, the fact that abortion becomes a routine as a method of sex selection shows a basic weakness of our culture, which is becoming more and more inclined to deal with life as a commodity.

Apart from the general issue of the morality of abortion, I think it is important to consider the problem of discrimination. In some cases, the desire of the prospective parents to undertake the procedure of sex selection is an expression of sex prejudice, mostly against women.

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02 Sep 2009

No confundan L.E.T. con EUTANASIA

Escrito por: [blogger] el 02 Sep 2009 - URL Permanente

Los girasoles giran hacia el sol. Las personass creyentes giran hacia el Evangelio para orientarse. Pero algunas perosnas sedicentes creyentes, que no piensan, giran la cabeza hacia la Conferencia episcopal o hacia la CDF para que les ahorren el pensar y les den respuestas prefabricadas.

Algunos monseñores de dicasterios tienen el síndrome de Nefertitis, esas estatuas egipcias con la cabeza girada hacia la derecha. Hacen declaraciones para Italia o España, pero con la vista a la derecha", es decir, a ver qué dice la cúpula eclesiástica para repetirlo como papagayos. Hay quienes consiguen así el premio de que los nombren "ordinarios del lugar", o sea, obispos. ¡Qué ordinariez!

Los titulares de Rd que informan sobre el aviso de la CDF a quienes defiendan la eutanasia se oprestan a confusión y malentendidos.

Dice así el titular: "El Vaticano ordena castigar a 41 religiosos por estar a favor de elegir el momento de la muerte".

Peroconfundir la L.E.T (Limitacion del esfuerzio terapéutico, admitida tradicionalmente por la doctrina de la iglesia) con la eutanasia es un error.

El mismo error cometieron, tanto en el caso de Eluana como en el Inmaculada Echevarría algunos obispos que tenían olvidada su teología moral. Aunque sea repetitivo, para aclarar a quienes estén en confusión, me parece oportuno repetir el post que escribí con motivo de la decisión sensata del padre de Eluana. Lo copio a continuación y me remito a las distinciones hechas en mi página web (juanmasia.net) sobrela diferencia entre ayudar en el morir y ayudar a morir.

Eluana en paz y Berlusconi en guerra

La crispación parlamentaria desencadenada por el Cavaliere se unió al nerviosismo del ala derecha de la curia pontificia para impedir la muerte con dignidad de Eluana. Dos ideologías integristas, la política y la religiosa, con el pretexto de proteger la vida humana, pusieron en peligro la dignidad de las personas en proceso de morir, la distinción que independiza en democracia al poder judicial frente al legislativo, la separación de las confesionalidades religiosas y el gobierno, la autonomía de las personas pacientes y el derecho a decidir cada cuál cómo vivir la etapa final de la vida hasta morir.

Berlusconi intentó usar a la Iglesia, presentándose como defensor de la vida, algo paradójico cuando es bien sabido lo poco que le han importado en otros casos las vidas de víctimas de guerra o de emigrantes. La postura del primer ministro, cuestionada como anticonstitucional por el presidente de la República se sumó al griterío callejero del integrismo católico, alineado bajo la bandera pro-vida, para hacer un flaco favor a dignidad y derechos de las personas pacientes.

Cardenales y obispos “curiales” han llamado homicidio, asesinato o eutanasia a la voluntad de asumir la muerte en paz de Eluana. (La misma CDF parece caer a:un en esa confusión). No así la teología moral. Abrimos un libro de texto católico de Ética médica de línea moderada publicado con licencia eclesiástica por dos conocidos teólogos dominicos moralistas que matizan con mucho cuidado. Benedict M. Ashley, O.P. y Kevin D. O'Rourke escriben así:

«Quienes se oponen a retirar la nutrición e hidratación, administradas médicamente, lo hacen por temor a abrir la puerta a abusos eutanásicos. Pero si, a pesar del recurso médico que se le está aplicando, la persona no va a poder recuperar la capacidad para ejercitar las finalidades de la vida humana, se puede considerar ese recurso médico como exagerado y se puede interrumpir su uso. Si el uso de sonda nasogástrica o nutrición intravenosa o hidratación son proporcionalmente de menos beneficio para la persona paciente que la carga del cuidado prolongado que pesa sobre otras personas, dichos recursos médicos son extraordinarios y no obligatorios». (Ethics of Health Care: An Introductory Textbook, Georgetown University Press, Washington D.C. 1994, p.224)

Siembra desconcierto la expresión matar de hambre y sed, usadas por quienes se oponían al derecho del padre de Eluana a asumir la muerte con dignidad de su hija. Ni la sonda, más medicación que alimento, se debe comparar con un bocadillo, sino con una inyección, ni la persona está retorciéndose de angustia por hambre y sed, sino necesitada de que la dejemos descansar en paz.

Tanto la prolongación indebida como la aceleración del final son injustas cuando se hace contra la voluntad y dignidad de la persona paciente. Si respetan su autonomía y dignidad, son éticamente correctas. Rehusar recursos médicos fútiles no es eutanasia injusta, sino limitación, moderación o regulación del esfuerzo terapéutico. El criterio para no usar (o interrumpir el uso) de recursos médicos fútiles es el respeto a la voluntad y a la dignidad de la persona.

La Congregación para la Doctrina de la Fe publicó, en 2007, la respuesta del cardenal Levada a laConferencia Espiscopal de Estados Unidos, considerando la nutrición e hidratación artificiales como medios ordinarios, proporcionados y obligatorios. Es una afirmación que contradice toda la tradición de moral teológica, aunque la CDF llevó mucho cuidado de añadir: "en principio" (lo que en el lenguaje críptico-diplomático vaticano -que no satisface, porque se presta a fomentar el doble estándar-, significa que el criterio no es absoluto y sin excepciones).

El giro retrógrado de instancias eclesiásticas dirigentes, desenmascarado hace un cuarto de siglo en elInforme sobre la fe, alcanza cotas de alarma roja. Dirán que no se debe hablar desde dentro de la iglesia. Pero callar sería irresponsable; nos lo echarían en cara las futuras generaciones.

En todo caso, damos gracias por la muerte en paz de Eluana, deseando que legislaciones como la de nuestro país sobre autonomía de pacientes protejan los derechos amenazados por ideologías totalitarias, políticas o religiosas.


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31 Ago 2009

Entre la tortilla y la Bioética

Escrito por: [blogger] el 31 Ago 2009 - URL Permanente

Bajo el tenderete, junto al hornillo, suda Masiá la gota gorda, mientras se esfuerza porque salgan bien las tortillas. La hueste de cooperadoras vigila de cerca, por si acaso. Un poco caro el pinchito, a 130 yenes o un euro, pero dice la tesorera que no puede haber deficit.

En cola, con kimono de verano, para salir a tomar el fresco de noche, se ponen en cola tres universitarias que no quieren perderse la tortilla. Como están de espaldas, no se ve, pero ya se han cuidado de comprar en el tenderete de al lado una lata de cerveza.

La acción tiene lugar en el patio de la iglesia de Rokko (de los jesutas, en Kobe, Japón). Copyright de la foto, como de costumbre del dinámico y juvenil P. Katayanagi.

Pero ahí donde las ven, con kimono y de verbena, estaban hace unas semanas asistiendo a clase de bioética con los calores de julio. En aquella ocasión Masiá no llevaba delantal, sino un polo religiosamente gris, con su cruz de JHS y todo.

Los apuntes eran complicados, pero la charla mezclaba la moral con la tortilla.

Para santo Tomás los juicios y decisiones morales en casos concretos se parecen más al arte de cocinar que al de confeccionar pócimas para medicación.

La moral no es cuestión de recetas y medidas, sino de criterios y situaciones. Por eso el doctor Angelicus daba tanta importancia a las circunstancias (Secunda secundae, q.47, a.3; etc). Éstas forman parte del objeto y por eso modifican la moralidad de los actos, permitiendo conjugar criterios con situaciones y dando lugar a la flexibilidad para la que no había sitio en el estilo de moral sin excepciones de la encíclicaVeritatis splendor de Juan Pablo II, el Fuerte, ni en el miedo al relativismo o la moral de situación por parte de timoratos teólogos de escuela romana.

No bastan las recetas ni las medidas de patata, huevo, cebolla y aceite de oliva. Para que salga bien la tortilla es necesario, habría dicho el Aquinate, pasar por la experiencia de logros y éxitos, por haberlo intentado muchas veces. En la noche de verbena de la parroquia, el 22 de agosto, las primeras tres tortillas salieron "uan miaja esclafadas", que dirían en murcianico. (Un fallo como tantos otros en que caemos todos: unos, al dar clase de moral; otros, al hacer declaraciones de portavoz eclesiástico; y otros, al redactar borradores de encíclicas para el obispo de Roma...).

Pero todo tiene arreglo. Cambiamos el letrero por el de "huevos revueltos" a la soirée, con rebaja en el precio. La cuarta y quinta fueron mejores. Y a la sexta, va la vencida. Cuestión de acumular experiencias, como en moral...

Si hubieran aparecido por allí los prestigiosos blogueros de la cizaña y la infodelación, les habríamos dado un pase para tomar gratis un pinchito, que quita las penas, suprime la hiel y alegra la cara. Que se asomen la próxima vez y no se lo pierdan...

Bueno, en la foto siguiente se ve las mismas universitarias con kimono, pero en la Misa vespertina. Homilía sobre el buen humor de Jesús, que tanta falta hace en la iglesia y en el mundo de hoy.



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